En el muelle de Guiria donde parten los migrantes hacia Trinidad y Tobago se realizó la actividad litúrgica | Foto: Cortesía Caritas
Carúpano.– En el marco de la jornada mundial del Migrante y Refugiado 2019, a la que ha invitado el Papa Francisco a las iglesias católicas. El viernes 27 de septiembre, la Pastoral Social Caritas de la Diócesis de Carúpano organizó una actividad en Güiria, municipio Valdez del estado Sucre, con la intención de sensibilizar a la población sobre los riesgos de emigrar y de tomar la decisión, así como la necesidad de hacerlo en forma segura.
La parroquia Inmaculada Concepción de Güiria fue la sede del evento, que se inició con un taller sobre la Doctrina Social de la Iglesia, con el fin de dar a conocer la postura de la Iglesia en los temas que atañen al ser humano como individuo y como ser social. Finalizado el taller, se celebró una Eucaristía dirigida a las familias separadas por causa de la migración, especialmente a las de la población de Güiria, zona de frontera marítima con Trinidad y Tobago.
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Posteriormente, con la asistencia de alrededor de 300 feligreses, entre ellos familiares de desaparecidos en los naufragios de los peñeros “Jonnailys José” y “Ana María”, se trasladaron en procesión junto a la imagen de la Inmaculada Concepción de María hasta el muelle desde donde parten las embarcaciones hacia Trinidad y Tobago.
El director de Caritas Carúpano, Jesús Villarroel, destacó que en el marco de la jornada mundial, el papa ha invitado a unirse. “No solo se trata de los migrantes, sino de abordar nuestros miedos. Nosotros realizamos jornadas religiosas y médico-pediátricas, porque nuestra prioridad son los niños que quedaron sin sus padres. El padre Jorge Bissoni, ex director de Caritas, nos ha apoyado en esta actividad”, añadió.
Villarroel manifestó que como se trata de atender a los necesitados, han escuchado también las carencias y plegarias de las familias de los desaparecidos en los botes, quienes piden plegarias al cielo para que sus familiares aparezcan.
“Los familiares de los desaparecidos en las dos embarcaciones mantienen la esperanza de que aparezcan y sostienen que están vivos, porque así lo sienten, aunque no han recibido una llamada o noticia de ellos”, explicó.
El presbítero manifestó que desde el martes 1° de octubre estarán asistiendo a los habitantes de Macuro, quienes viven en un pueblo inhóspito, “sin agua, luz, gas, transporte, comida ni asistencia médica. La mayoría de los pobladores ha migrado a Trinidad y Tobago, dejando a su familia por una mejor calidad de vida”, añadió.
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