Nunca los jardines de las casas dieron flores más hermosas que las de hoy. Gigantescas, hay múltiples capullos por venir. Pero hoy también la vecina ha muerto de peste
Preparo café, el aroma mañanero capitalino me inspira. “¿Hago arepa o sánduche?” ¡Arepa! No hay pan. Mientras el café cae despacio por el filtro del colador, decido evaluar daños: todos los vasos sucios, cotufas regadas y cajas de cereal vacías son evidencia de que mis hijos hicieron desguace toda la noche
a cuarentena y la ciudad tienen sus niveles y sus desniveles. Con mis zapatos deportivos y mi ropa de correr tomo la ruta que va de la entrada del Parque del Este hacia Ciudad Banesco en Colinas de Bello Monte
Durante la cuarentena, una furia de aprendizaje se apoderó de la gente. Innovaciones tecnológicas, arte culinario y “coaching”. Una misteriosa compulsión nos lanzó a inscribirnos en una gran variedad de cursos. “Busca y encontrarás”, dice la Biblia, ¿o es @LaDivinaDiva?